La digitalización se ha convertido en una parte esencial de la vida moderna. Desde el uso de redes sociales hasta el streaming de contenido, pasamos horas conectados sin ser conscientes del impacto ambiental que esto genera. Se nos ha vendido la idea de que la tecnología digital es “limpia” y “verde”, pero la realidad es muy diferente.

Lo que no nos dicen es que la infraestructura detrás de internet, la fabricación de dispositivos y la gestión de datos generan enormes cantidades de emisiones de carbono, además de contribuir a la explotación de recursos naturales y el control de la información.

El lado oscuro del mundo digital

La industria tecnológica y su impacto ambiental

Nos han hecho creer que digitalizar todo es la solución para reducir el uso de papel y otras industrias contaminantes, pero no nos cuentan que:

• Los centros de datos consumen más electricidad que muchos países enteros.

• Solo en EE.UU., los centros de datos consumieron más de 91 teravatios hora en 2022, más energía que Argentina.

• El auge de la inteligencia artificial está disparando aún más el consumo energético. Google, Amazon y Microsoft están construyendo más centros de datos sin regulación real sobre su impacto ambiental.

• Los servidores generan más emisiones que el tráfico aéreo mundial.

• La infraestructura de internet es responsable de al menos el 3.7 % de las emisiones globales de CO₂, superando la aviación comercial.

• El 70 % del impacto de un dispositivo se produce antes de que lo uses.

• La extracción de litio, cobalto y otros minerales destruye ecosistemas y contamina el agua. La minería para fabricar un solo teléfono inteligente genera 86 kg de residuos.

El streaming: la contaminación oculta que nadie menciona

Ver películas y series en plataformas como Netflix, Disney+ o YouTube parece inofensivo, pero:

• Ver una película en 4K durante una hora emite 400 gramos de CO₂, equivalente a dejar una bombilla encendida por 24 horas.

• Netflix, YouTube y TikTok consumen más electricidad que España entera debido al almacenamiento y distribución de datos en servidores gigantes.

Lo que no nos dicen es que las grandes plataformas no están obligadas a revelar su impacto ambiental. Muchas solo hacen promesas de usar “energía renovable” sin pruebas reales de que esto esté ocurriendo.

¿Por qué la crisis climática del sector digital se oculta?

La falsa sostenibilidad de la industria tecnológica

Las grandes corporaciones tecnológicas han adoptado un discurso de “sostenibilidad”, pero en la práctica siguen dependiendo de combustibles fósiles:

• Google y Microsoft afirman ser “carbono neutrales”, pero siguen utilizando enormes cantidades de energía de fuentes no renovables.

• Apple dice que sus iPhones son ecológicos, pero obliga a los usuarios a cambiar de modelo cada pocos años, generando más residuos electrónicos.

Control de la información y manipulación mediática

Si la crisis climática digital es tan grave, ¿por qué apenas se habla de ella?

• Las grandes tecnológicas invierten miles de millones en publicidad para limpiar su imagen.

• Los medios de comunicación dependen de estas empresas para la distribución de su contenido.

• Censura y control de la información: Artículos críticos sobre el impacto ambiental de la industria digital son ocultados en los algoritmos de búsqueda.

Cómo reducir la huella digital y combatir el greenwashing tecnológico

A pesar de la manipulación mediática, hay formas de reducir nuestro impacto y exigir transparencia:

Usa internet de forma más consciente

• Reduce el streaming en 4K y descarga contenido cuando sea posible.

• Evita el “doomscrolling” (navegar sin fin en redes sociales, que aumenta el tráfico de datos).

• Usa buscadores ecológicos como Ecosia, que planta árboles con sus ingresos.

Mantén tus dispositivos por más tiempo

• Evita comprar un móvil nuevo cada año.

• Repara en lugar de reemplazar.

• Usa software ligero que no consuma tantos recursos.

Exige responsabilidad a las empresas tecnológicas

• Investiga si realmente usan energías renovables o solo hacen greenwashing.

• Apoya a proyectos de código abierto y descentralizados, que no dependen de grandes servidores.

El consumismo digital es una de las industrias más contaminantes y, sin embargo, su impacto sigue oculto para el público. A medida que las empresas tecnológicas expanden sus centros de datos y promueven el uso masivo de sus plataformas, el problema solo se intensifica.